Agile no está muerto, pero lo están matando los “Agilistas”

Agile no está muerto, pero lo están matando los “Agilistas”

Desde el año 2019, una de las frases que más suelo repetir en los entornos donde implemento Transformación Digital es: “El #Agile lo están matando los #Agilistas”. Aunque puede sonar provocador, detrás de estas palabras hay una reflexión profunda sobre cómo se está entendiendo y aplicando esta metodología en los proyectos actuales.

Ceremonias, flexibilidad y sentido común

Cuando me refiero a que el Agile está siendo mal utilizado, no es por la metodología en sí, sino por la manera rígida en que algunos la interpretan. He visto cómo las ceremonias y las herramientas se han convertido en una “biblia” que se sigue al pie de la letra, perdiendo el enfoque en el verdadero propósito: adaptarnos y entregar valor real a los proyectos.

Esta rigidez nos lleva a repetir patrones similares al Waterfall, donde seguimos una carta gantt disfrazada de sprints. Se olvida lo más importante del Agile: flexibilidad y aprendizaje continuo. Esto sucede, en gran parte, porque no se respeta el principio de “no más HIPPO” (Highest Paid Person’s Opinion), donde las decisiones se toman basándose en el conocimiento colectivo y no en jerarquías.

Agile, Waterfall, Lean: ninguna metodología está “muerta”

Desde que comencé mi camino en Agile, siempre me fascinó la forma de trabajo colaborativa y adaptativa que promovía. Cuando tuve la oportunidad de trabajar en multinacionales de Agilidad junto a referentes , me convencí de que este mundo era hermoso y lleno de posibilidades. Pero con el tiempo, al implementar transformaciones digitales en América Latina, me di cuenta de que no existen metodologías mágicas.

Ni Agile, ni Waterfall, ni Lean están muertos. El problema radica en quienes creen que una sola metodología es la respuesta para todo. Este pensamiento rígido demuestra que seguimos sin comprender la naturaleza de un mundo tan VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) como el actual. La clave no es adherirnos ciegamente a una metodología, sino entender el contexto del proyecto y construir soluciones adaptadas a sus necesidades específicas.

Construyendo puentes hacia una revolución digital

En 2015, cuando tuve que hacer la transición de Waterfall a Agile en mis proyectos, creé la charla “Construyendo puentes hacia una revolución digital”. Esta experiencia me enseñó que la transformación digital no es solo un cambio de procesos, sino una revolución cultural. Sin embargo, sigo viendo que, hasta la fecha, el mayor desafío de Agile es la existencia de “vendedores de humo” que promueven esta metodología como una panacea universal.

Es aquí donde entra mi analogía de los dólares: “Es más cool hablar de USD que de pesos”. Muchas veces, el marketing detrás de Agile se centra en lo atractivo de las palabras y las herramientas, pero olvida que el verdadero éxito de cualquier metodología radica en su implementación práctica y contextualizada.

El futuro de Agile en un mundo VUCA

Agile no está muerto, pero corre el riesgo de convertirse en un cliché si seguimos aplicándolo de manera rígida y dogmática. Debemos alejarnos de los extremos y adoptar un enfoque pragmático: tomar lo mejor de cada metodología y adaptarlo a las necesidades específicas de los proyectos y equipos.

Si seguimos creyendo que una metodología es la solución para todo, estaremos fallando en entender las dinámicas de este mundo tan VUCA. Por eso, mi invitación es a construir puentes, fomentar la flexibilidad y, sobre todo, recordar que las metodologías son herramientas, no objetivos en sí mismas.

Transformar digitalmente no es fácil, pero con un enfoque balanceado, es posible construir verdaderos puentes hacia un futuro innovador y sostenible.

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